¿Qué sabes sobre los cristales de los coches? Te contamos los inicios de los parabrisas

cristiales tintados

Quizás nunca te hayas parado a pensar sobre cómo han acabado ahí los cristales o parabrisas de nuestros coches. Y la verdad es que es toda una historia. ¿Desde cuándo dirías que llevan con nosotros los cristales de los vehículos?

El caso es que los parabrisas y cristales de los coches no son así desde sus inicios, a principios del siglo XX. Nada más y nada menos que 100 años después del inicio de la automoción. El primer parabrisas data de 1904 en el que se formaba por dos cristales: uno que se bajaba en caso de ensuciarse. Porque no, amigos, no existía el famoso ‘limpia’ (limpiaparabrisas).

La empresa Oldsmobile fue la encargada de crear el parabrisas de serie en sus automóviles en el año 1915. Y si ya te quejas que cualquier piedra te rompe tu actual parabrisas, imagínate que ocurría con los de Oldsmobile a inicios del siglo XX: cualquier impacto hacía añicos el cristal. ¿Qué ocurría con eso? Que los cristales caían encima de conductor y copiloto suponiendo un riesgo para su integridad física. Es decir, no es como ahora, que si se te rompe el cristal se raja y punto. En los inicios del parabrisas, el cristal se rompía entero, literal.

Edouard Benedictus inventó el primer cristal laminado que dio lugar al parabrisas actual

Y como la mayoría de los inventos, su descubrimiento llegó por accidente. Al francés se le cayó un vaso al suelo cubierto con una capa de celulosa. Benedictus se fijó que el cristal se partió pero sin deshacer su forma ni partirse en mil pedazos. Así que su descubrimiento fue un gran avance para el sector de la automoción.

Invento del que se aprovecharía Carleton Ellis que patentó una lámina de resina en los años 30, aunque algunos fabricantes añadían por aquel entonces una capa de PVB entre las dos capas del cristal. ¿Para qué servía eso? Pues para hacer el cristal más fuerte y para proteger un poco a los usuarios de los rayos utravioleta del sol. Un avance estupendo hasta que lo mejoramos con los tintados de lunas, claro.

En la década de los años 30 también se comenzó a usar el cristal templado en los laterales como en la parte trasera. ¿Y esto que se suponía? Que en caso de accidente en medio acuático, se podrían romper para poder salir del automóvil.

¡Otro día te contamos cómo sigue esta apasionante historia sobre los parabrisas!

 

 

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